Hasta el viernes 23, en el horario de 7 a 11, se realizará el chequeo dermatológico para evaluar manchas en la piel o lunares nuevos a causa del sol. Asimismo, se informará sobre el autoexamen para detectar cambios que pueden deberse a una afección cancerosa.
Patología curable
El de piel es el tipo más común de los cánceres en el ser humano y la mayoría de los casos son consecuencia de una exposición excesiva a los rayos ultravioleta (UV). La radiación puede provenir del sol, pero también de fuentes artificiales, como cabinas de bronceado y lámparas solares.
Detectado en su etapa inicial, el cáncer de piel se puede tratar con efectividad y curar en la mayoría de los casos. Los signos más habituales son manchas rosadas o rojizas, ásperas al tacto, que se tornan rugosas o escamosas. Estas manchas pueden aparecer en las zonas de mayor exposición al sol, como cara, dorso de las manos, labio inferior, cuello y orejas.
También se debe poner atención a la aparición de bultos en la piel que crecen en forma sostenida, lastimaduras que no cicatrizan, lunares que cambian de coloración o de forma y que crecen, pican o se inflaman.
Prevención
La forma más eficaz para prevenir el cáncer de piel es resguardándola de la exposición directa al sol mediante el uso de productos de protección solar, sombrero, gorra, ropa que cubra las partes más sensibles.
Se debe evitar la exposición al sol sin protección en las horas de mayor radiación, a partir de la media mañana y hasta la media tarde, aunque esté nublado. Para una protección eficaz, el bloqueador solar debe ser de FPS mayor a 30, aplicarse 20 minutos antes de la exposición y renovarlo cada dos horas.
Aplicar una buena cantidad del producto en cara, orejas, empeines, labios, cuello, espalda, tórax y cabeza, si es calva.
Los niños menores de un año deben estar a la sombra, con ropa liviana y sombrero y se le debe dar líquido para evitar deshidratación. A partir de los seis meses de vida se le puede aplicar protector solar.