A la vez de muerte y destrucción del aparato económico, la pandemia genera a su paso situaciones de polémica, muchas veces por temas impensados, pero que hoy se instalan como materia de debate en todo el ámbito social.
En primer lugar, en el caso de la decisión del arzobispo, de sacar a las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro a recorrer la plaza 9 de Julio el próximo día 15, pese a la prohibición que establece la resolución N° 49 del COE.
Y en segundo término, de invitar a esa mini procesión solo a las máximas autoridades de los tres poderes del estado provincial y municipal.
Si bien desde años antes ya existía cierta polémica por la marcha de autoridades detrás de las imágenes, algo que se hizo siempre por cuestión protocolar, muchos reclamaban esos lugares de privilegio para los peregrinos.
Pero hoy, luego de esa decisión, las redes sociales estallaron con críticas, por entender que se trataría de una suerte de procesión Vip.
Rápidos de reflejos, la intendenta Bettina Romero a primera hora y luego el propio gobernador Sáenz, coincidieron en declinar la invitación, aduciendo la necesidad de evitar aglomeraciones y poniendo en un pie de igualdad a todos quienes participan de los cultos. Algo así como, si no participa el pueblo, tampoco lo hacemos nosotros.
"No considero que el cargo para el cual fui electa me brinde un privilegio frente al resto de los vecinos. Al contrario, todos sin privilegios, este año rezaremos desde casa", posteó Bettina en Twitter.
Por ahora, solo queda en pie la decisión de sacar a los patronos por plaza 9 de julio y realizar la renovación del pacto de fidelidad, sin fieles y por ahora, solo con el acompañamiento de los sacerdotes y laicos, con transmisión para todo el mundo.