Las imágenes fueron muy contrastantes en la ciudad de Salta.
Mientras en el centro el panorama era de cumplimiento, con un vacío casi total, en otros sectores de la ciudad se agolpó la gente para intentar abastecerse.
Fue el caso del Cofruthos, donde mucha gente pasó la noche para poder ingresar y a primera hora se formó una fila de autos que llegaba hasta la rotonda de limache.
También en los supermercados, mayoristas, establecimientos de venta de productos lácteos y otras abastecedoras hubo gran afluencia de gente, en muchos casos formó filas de hasta cuatro y cinco cuadras para poder acceder.
Si bien las autoridades y las propias cadenas de supermercados confirmaron que no habrá desabastecimiento, la psicosis hizo que muchos fueran a comprar, dañando el concepto de aislamiento social dispuesto por la Nación.
En los barrios, en general, el movimiento fue menor y bajó mucho más a partir de la tarde.