El municipio controló alrededor de 100 farmacias de la capital salteña, verificando que se cumpla con los precios estipulados y el stock correspondiente, para evitar que se vulnere el derecho de los consumidores.
Los equipos de Defensa del Consumidor, Control Comercial y Habilitaciones Comerciales continúan los controles en diversos comercios de la ciudad, alcanzando cerca de 1000 locales desde el mes de marzo en las zonas del micro y macrocentro y barrios de la comuna. Esta semana se recorrieron más de 130 locales.
Además de hacer cumplir las normativas de precios máximos, los operativos tienen como objetivo verificar las condiciones de higiene y correcta manipulación de productos. Los equipos de las tres áreas trabajan de forma conjunta y coordinada, distribuidos en diferentes zonas, de acuerdo a un cronograma establecido y a las denuncias recibidas diariamente por parte de los vecinos.
En el marco de las inspecciones, se labró una infracción a una pollería de calle San Felipe y Santiago al 1500, perteneciente a una importante cadena de venta de pollos, por encontrarse transgrediendo la ley 18284 del Código alimentario. En el local se encontró una notable falta de higiene y cucarachas que provenían de una cámara séptica, cuya tapa se encontraba rota, además de falta de desinfección en la cámara frigorífica.
También se constató falta de habilitación sanitaria, de acuerdo a la ordenanza 15292, falta de certificado de habilitación y/o permiso transitorio, como también certificado de seguridad contra incendios, póliza de seguros y responsabilidad civil, entre otras faltas. En tanto, se verificó que el comercio poseía las balanzas fuera del alcance de los consumidores para poder verificar la cantidad comprada.
Al respecto, la secretaria de Defensa del Consumidor del Gobierno de la Ciudad, Emilia Calmejane, indicó que “continuaremos con los equipos de las tres áreas visitando y controlando comercios. La semana que viene proseguiremos con las verificaciones, relevando precios de segundas marcas”.
La funcionaria agregó que “notamos que las denuncias de los vecinos son más específicas y los consumidores nos hacen llegar información más concreta sobre productos y marcas, teniendo ellos también el control y protagonismo para hacer cumplir sus derechos”.