Desde las primeras horas del día, cientos de fieles se congregaron en la Catedral Basílica para participar de las misas, rezos y actos litúrgicos que marcan el comienzo del tiempo más significativo dentro del calendario religioso salteño. Como cada año, el inicio de la Novena abre paso a una etapa de preparación espiritual que culminará con la multitudinaria procesión del 15 de septiembre.
Durante la jornada, el arzobispo de Salta, Monseñor Mario Antonio Cargnello, presidió la ceremonia de apertura, en la que convocó a la comunidad a vivir estos días “con un corazón abierto a la conversión, el perdón y la solidaridad”. En su homilía, hizo hincapié en la necesidad de renovar el compromiso cristiano “en tiempos de incertidumbre y dolor”, haciendo especial referencia a las realidades sociales que atraviesa la provincia y el país.
El lema elegido este año para la festividad es: "Con María, caminamos en esperanza y unidad", y busca invitar a los fieles a reflexionar sobre el valor de la comunidad, la reconciliación y la fe como guía en medio de las dificultades.
Las actividades previstas durante los nueve días incluyen la celebración diaria de misas, rezo del Santo Rosario, confesiones y momentos de adoración eucarística. También se organizarán encuentros juveniles, charlas catequéticas y actividades solidarias en distintos puntos de la ciudad.
Como es tradición, se espera la llegada de peregrinos desde distintas localidades de Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero y otras provincias, muchos de los cuales ya se encuentran en camino, recorriendo a pie, en bicicleta o a caballo los largos trayectos que los llevan hasta los pies del Señor del Milagro.
Desde el Arzobispado, junto con autoridades provinciales y municipales, se coordinan tareas de asistencia sanitaria, seguridad, hidratación y logística para acompañar a los peregrinos y garantizar el desarrollo ordenado de las celebraciones.
La Novena es, para los salteños, un tiempo de recogimiento, oración y encuentro. Pero también representa un vínculo profundo entre historia, cultura y religiosidad popular. La tradición del Milagro se remonta al siglo XVII, cuando, según la tradición, la intercesión del Cristo y de la Virgen protegió a la ciudad de un violento terremoto en 1692. Desde entonces, cada septiembre, Salta renueva su promesa de fe y devoción.