Consta en el requerimiento que el imputado, el 22 de agosto de 2019, aprovechó la relación de confianza existente entre la víctima, de 14 años, y su familia, quien solicitó el resguardo en su casa ubicada en el barrio Cooperativa de General Güemes, lo que facilitó que el imputado la encerrara y la privara de su libertad, inclusive, atándola de manos. Además, el imputado aprovechó que la damnificada dormía para cometer el abuso.
Surge también que cuando la menor intentó escapar y pedir ayuda, el acusado la amenazó con que se callara porque “la iba a cagar matando” y la golpeó contra la pared. Todo lo expuesto halló correspondencia en la evidencia médica incorporada, la que constató diversas lesiones.
Por otra parte, el relato efectuado por la víctima resultó coincidente con el vertido por los restantes testigos del hecho, a quienes pudo contar lo sucedido y quienes acudieron a su auxilio, lo que reforzó la verosimilitud de la hipótesis delictiva.
Cabe destacar que el imputado posee antecedentes de infección por VIH/SIDA, conocida desde agosto de 2017, sin controles ni tratamiento desde entonces, lo que sin duda alguna evidenció el peligro de contagio de esta enfermedad a la damnificada. En consecuencia, el acusado no solo vulneró la integridad sexual de la víctima, sino también el derecho a la salud.
