En la segunda jornada declararon dos empleadas administrativas del Cementerio de la Santa Cruz, una hermana de la víctima, una médica legal, una psicóloga del Poder Judicial y un testigo de identidad reservada.
Las empleadas municipales coincidieron al relatar que el día del hecho (25 de enero de 2019), alrededor de las 17, vieron ingresar a una pareja, discutiendo. Ella parecía resistirse a entrar, pero él la retenía y le impedía irse. Una de las testigos dijo que la situación era confusa y por eso les llamó la atención. Además, indicó que parecían alcoholizados y que en determinado momento él la empujó a ella contra una pared. Finalmente ingresaron a la necrópolis y los perdieron de vista.
Cerca de media hora después, llegó a la oficina un operario del cementerio a pedir a las administrativas que llamaran al Sistema de Emergencia 911 porque había una chica quemada.
Una de las testigos relató que cuando se dirigió al lugar donde se encontraba la pareja, vio a la víctima junto a un caño de agua, mojándose desesperadamente el cuerpo y gritando de dolor. La mujer dijo que la joven parecía como “ida”, y que no sabía si era porque estaba alcoholizada o a causa del padecimiento que experimentaba.
Acerca de la actitud de Yáñez en esos precisos momentos, la testigo refirió que él estaba tranquilo. Le tiraba agua a su pareja y le decía que ya se le iba a pasar, que pronto llegaría la ambulancia.
La otra empleada municipal que compareció hoy aportó que el operario que solicitó que llamaran al 911 les comunicó que “había una chica que gritaba que la habían quemado”. Luego, cuando se dirigieron al lugar donde estaba la pareja, escuchó que la joven le decía al imputado: “¿Por qué me hiciste eso?”, mientras él insultaba al personal del cementerio.
A su turno, la hermana de la víctima, declaró que no conocía al acusado, que lo vio solo una vez cuando fue a su casa a buscar a Rocío. Sabía por comentarios que era drogadicto y en su casa se preocupaban porque cuando su hermana se iba con él se desaparecía por varios días. Dijo que Rocío le confesó que Yáñez era su pareja pero le pidió que no se lo contara a su mamá.
También aseguró que antes del hecho su hermana no tenía ningún problema para caminar o para hablar, como los que padece ahora a raíz de la agresión sufrida.
Por otro lado, un testigo de identidad reservada refirió al tribunal que conocía al imputado del parque San Martín. Sostuvo que Yáñez vivía en la calle y que solía rondar el parque para conseguir algo de dinero cuidando autos. Dijo que la víctima iba a verlo allí y que él se la presentó como “su novia”.
En tanto, la psicóloga del Poder Judicial que hizo un informe sobre el imputado declaró que al momento de la evaluación, Yáñez se mostró predispuesto pero con actitud irónica. Señaló que el acusado presenta rasgos psicopáticos, distorsiona la realidad y pretende que todo lo que él hace está ajustado a la norma. Remarcó que Yáñez no reconoce el consumo excesivo de alcohol como algo problemático. También indicó que muestra rasgos de impulsividad, frialdad respecto a sus acciones y tiende a proyectar la culpa en los demás.
Finalmente, la médica legal del CIF que examinó a Sarapura y a Yáñez en el Hospital San Bernardo el mismo día del hecho, precisó que la víctima presentaba quemaduras de tipo AB (segundo grado) en el abdomen, miembros inferiores y manos. Precisó que no logró revisarle las heridas porque ya estaba vendada y que en ese momento se encontraba con asistencia respiratoria mecánica. El acusado, en tanto, tenía ambas manos vendadas, también por quemaduras.
Pablo Gabriel Yáñez está imputado por un hecho ocurrido el 25 de enero de 2019 en el Cementerio de la Santa Cruz. Según consta en la causa, esa tarde, el acusado le arrojó a su pareja, Rocío Sarapura, el contenido de una botella de alcohol y luego le prendió fuego.
El juicio unipersonal está a cargo de la jueza Carolina Sanguedolce. Está previsto que la audiencia se extienda hasta el 8 de julio.