La condena fue dictada en la Sala VI del Tribunal de Juicio, en una audiencia de debate presidida por el juez Guillermo Pereyra.

El magistrado ordenó que en el ámbito de la Unidad Carcelaria se le brinde al condenado atención psicológica terapéutica mientras dure su privación de la libertad. También dispuso que, una vez firme la sentencia, se proceda a la realización de un examen genético del imputado a través del Servicio de Biología Molecular del Departamento Técnico del Cuerpo de Investigadores Fiscales (C.I.F.), para su posterior inscripción en los bancos de datos genéticos que correspondan.

Al momento del hecho, el acusado tenía 31 años de edad y la víctima 12. La madre de la menor radicó la denuncia luego de que su hija le contara a una tía que el acusado había abusado de ella. Ambos se contactaron a través de una red social y luego, por Whatsapp, el imputado le dijo que la quería conocer y acordaron reunirse un día, a las 20, en la localidad adonde residía la damnificada. Durante ese encuentro, el imputado abusó de la menor en un descampado.