La jueza ordenó el traslado del imputado a la Unidad Carcelaria local y recomendó al director del Servicio Penitenciario que realice tratamiento psicológico por la naturaleza de los hechos por los cuales resultó condenado.
También se ordenó la extracción de material genético del condenado por parte del Servicio de Biología Molecular del Departamento Técnico del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), previa asignación del Dato único de Identificación Genética (DUIG), para su incorporación en el Banco de Datos Genéticos.
Edgardo Antonio Rivero fue condenado por un hecho ocurrido el 30 de octubre del año pasado. La denunciante relató que ese día, alrededor de las 9.30, se trasladó en bicicleta desde Finca San Isidro hasta la localidad de El Carril, por una senda ubicada al lado de las vías. Una hora después, de regreso por el mismo camino, observó que una planta con espinas obstaculizaba el sendero y se detuvo para retirarla. En ese momento salió de entre la maleza un sujeto de contextura robusta quien, armado con un trozo de vidrio, la agarró de atrás y le ordenó que no gritara y que se dejara tocar. Le advirtió que si no obedecía la iba a matar. En ese momento comenzó a someterla a tocamientos impúdicos pero, al advertir que la víctima tenía el celular en la mano, el acusado pensó que había marcado el número del Sistema de Emergencias 911, se asustó y huyó. Inmediatamente la mujer hizo efectivamente la llamada y, al regresar a inmediaciones de la vía con la policía, observaron a un hombre robusto que transitaba por el mismo camino. El acusado se había cambiado la ropa pero la denunciante lo reconoció y fue detenido.