E. R. fue denunciado por la madre de la damnificada. La mujer refirió que encontró al imputado en su casa, junto a su hija de 48 años que padece retraso madurativo severo.

El 6 de mayo del año pasado, la denunciante salió de su domicilio, en la localidad de La Viña, para dirigirse a otro inmueble ubicado a dos cuadras de distancia. Dejó a su hija dentro de su casa sola por un momento, pues había acordado que una amiga iría a cuidarla.
Esta persona llegó poco después y, al ingresar, llamó a la víctima sin obtener respuesta. Desde una de las habitaciones escuchó en cambio una voz de hombre. Sorprendida, entró y llegó a ver cuando E. R. se subía los pantalones.

La amiga de la denunciante le comunicó inmediatamente lo sucedido y esta regresó a su casa para preguntarle a su hija qué había ocurrido.

E. R. fue juzgado en un juicio abreviado presidido por el juez Roberto Faustino Lezcano, donde se lo consideró autor de tocamientos impúdicos.

Para conservar la prisión en suspenso, el imputado deberá cumplir la restricción de acercamiento a la víctima, a su domicilio y lugares que ella frecuente. Además tendrá que hacer tratamiento psicológico, entre otras obligaciones.