Como una situación inédita en el mundo globalizado, la pandemia de coronavirus, además de los consavidos problemas sanitarios, está generando múltiples inconvenientes y nuevas conductas sociales, que van apareciendo conforme avanzan los acontecimientos.
Así, al conocido, pero poco utilizado término "pandemia", se acuñaron nuevas palabras para definir conductas o acciones, tales como el neologismo "infodemia", que busca llamar la atención sobre la cantidad de noticias que se fue generando al respecto, muchas de ellas falsas (fake news) y otras erróneas, pero que cargaron a la población de toda clase de información, algunas de ellas útilies y otras totalmente falaces.
Pero hoy, el menos en Salta y en Argentina, surge otro neologismo y es la palabra "sociodemia", que se puede interpretar como la reacción en cadena de la sociedad ante una situación de semejante envergadura.
Y por efecto de esa "sociodemia" es que este domingo se puede observar en Salta una inusitada afluencia de gente a los supermercados, buscando aprovisionarse de elementos de primera necesidad, lo que obligó que en muchos casos estos establecimientos deban restringir el acceso y, en otros, algunas decidan remarcar precios.
Lo cierto es que, para esta región del mundo la película recién comienza y aunque se tuvo la ventaja de haberla visto antes en Asia y luego en Europa, no se estuvo a la altura de la circunstancia y se esperó y esperó hasta que ahora los protagonistas de esa película de terror comenzamos a ser nosostros, los que estábamos lejos y a los que no nos iba a tocar.
Pero volviendo a la sociodemia, será el Estado en todas sus formas, el garante de que no se produzca desabastecimiento, ni de alimentos, ni de elementos de higiene y desinfección, ni de medicamentos y, mucho menos de que se produzca especulación o incrementos en los precios.
Esto recién comienza y las medidas a adoptarse pueden ser duras y progresivas, como cierres de frontera, restricciones de circulación y un largo etcétera.
Habrá que estar preparados.